¡Pues al disco!, el sonido más predominante es el black con sus mil afilados riffs de guitarra, el atronador doble bombo y growls. Pero lo que hace que esto sea un discazo es todas las otras influencias que tiene de jazz, música clásica, folk y demás estilos que dejan gran cantidad de detalles que se encuentran escondidas en cortes bastante largos, unos 10 minutos por canción.
Todas las canciones tienen elementos muy parecidos pero, que por lo menos para mí no se hace nada cansado, ya que van evolucionando y fluyendo. Lo que encontramos en los cortes son cambios de furia y brutalidad a partes mas calmadas y melódicas con voz limpia, aun que hay veces que se mezclan las dos voces a la vez haciendo pasajes increíbles y es que todas las canciones tienen puntos épicos, muy sinfónicos con un instrumental que lo envuelve todo con el que solo hay que dejarse maravillar.
Pero el toque que de verdad, hace que esto sea diferente al resto, es ese violín que tienen y la manera que lo usan, que no solo destaca en las partes más suaves, sino que hace unas melodías en las partes de tralla y rudeza que te dejan hipnotizado, para mí uno de los momentos a destacar es la intro increíble de "And plague flowers the Kaleido", donde el violín se va moviendo hasta acabar en todos los instrumentos en plena accion repartiendo dureza por todos lados.
En fin, gran técnica de los instrumentos de todos los componentes, mil detalles cambios y emociones que recomiendo que encuentres y descubras tu escuchando este disco, sin duda es algo diferente. Tengo muchas ganas de ver que nos muestran estos australianos en su siguiente disco.
Autor reseña: Jorge Bielba
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