Por eso ver que un grupo actual, saca un disco de rock con esos toques de antaño, da mas que una alegría.
Y es que desde el primer segundo de "Ain't fit to live here",ves claro lo que te vas a encontrar estos 40 minutos que dura el disco.
Riffs de guitarras distorsionadas, redobles de batería, solos de guitarra que deseas que nunca acaben, coros, y esa voz rasgada y melódica.
Canciones con mas psicodelia como "No good, Mr holden", más directas como el single del disco "Hisingen blues", o un tema instrumental en el que perderse como "Longing", hasta les da para lanzarles un guiño a los míticos Pink Floyd con el título de la canción "Uncomfortably Numb" que aparte es una de mis preferidas del disco.
Pero sin duda, una de las cosas por lo que merece la pena escuchar este álbum, es por la sorpresa final, la última canción del disco, "The Siren", una canción que empieza como una balada, elegante, pero que poco a poco va subiendo el tono y la fuerza que acaba en ese grito con tanta garra acompañado de los redobles de la batería, para acabar otra vez en la calma y la tranquilidad pero esto acaba de empezar. Ese cambio de ritmo que tiene en mitad del tema y ese solo de guitarra... una joya para no perderse.
En resumen, que si eres un amante del rock clásico de tiempos pasados, parate a escuchar este disco de Graveyard y te aseguro que te alegrará el día.
Autor reseña: Jorge Bielba
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