Este álbum, de original
portada, es una obra de arte del rock progresivo, pura filosofía,
poder y fuerza. Su título hace referencia a Así habló
Zaratustra, del entrañable señor Friedrich Nietzsche (a quien
al final de su vida le dio por abrazar caballos). En dicha obra,
imbuida por la filosofía nihilista, se defiende la teoría del
Superhombre, que es aquel capaz de crear un sistema propio de
valores, ajeno a la ética social. El Superhombre obra de acuerdo a
como quiere obrar, sin que le afecten las concepciones del bien o el
mal de aquellas personas que le rodean, siempre ansioso de la
voluntad de poder.
Museo Rosenbach surge en
la escena del Rock Progresivo Italiano (bastante desconocida en
nuestro país, pero tremendamente creativa) a principio de la década
de los '70. Los nombres que se le dieron en Italia a las bandas
progresivas fueron cuanto menos originales: los hay tales como Banco
del Mutuo Soccorso, Reale Accademia di Musica o Premiata Forneria
Marconi, de los que ya tendré tiempo de hablar. Lo general en el
progresivo italiano fue su fusión con el folk-rock, habitualmente
con la canzone napoletana, cosa de la que, sin embargo, decidió
prescindir Museo Rosenbach, para así aproximarse mucho más al rock
progresivo inglés que al italiano y dejar bien claras sus raíces en
el único álbum propiamente dicho que publicaron.
Fueron muy influenciados
por Pink Floyd. Ahora bien, el disco que os traigo fue grabado en
1972, y su publicación es prácticamente simultánea a la del The
Dark Side of the Moon (1973), de forma que lo que escucharéis a lo
largo de esta maravilla serán reminiscencias de álbumes como
Meddle, Atom Heart Mother, o incluso Ummagumma. Otra banda inglesa
de la que también me arriesgo a afirmar que bebieron fue de Gentle
Giant, en concreto de su álbum Three Friends, que en términos
generales, influyó a toda la escena italiana.
Zaratustra es un elepé
arriesgado, en el que se recorren multitud de estilos musicales a
base de bruscos cambios impredecibles. Museo Rosenbach es capaz de
romper un pasaje típicamente progresivo para llevarnos a una suave
melodía jazz o, simplemente, a un fraseo mucho más pausado y piano,
en el que la voz cantante se escucha lejana, ausente, para terminar
volviendo a lo inicial con aún más ganas. Todo ello en su conjunto
termina por resultar una sinfonía progresiva a un nivel de calidad
musical que muy pocos grupos en muy pocos álbumes han logrado.
El
álbum se nos presenta en 4 temas. El primero de ellos, que ocupa
toda la primera cara del LP (una cara de LP son entre 20 y 25
minutos), está a su vez dividido en 5 movimientos, y en la segunda
cara encontramos ya los 3 temas restantes. Y si me he detenido antes
ha explicar muy brevemente de qué toma nombre el álbum y a muy
grandes trazas describir al Superhombre, es precisamente porque estos
italianos optaron por confeccionar un disco conceptual, en el que,
muy resumidas, expusieron las teorías de Nietzsche a lo largo de
temas de títulos como L'utlimo uomo (el
último hombre, uno de los primeros capítulos del Zaratustra de
Nietzsche), Al di là del bene e del male (Más
allá del bien y el mal, otra obra del mismo filósofo), Superuomo,
o Dell'eterno ritorno
(El eterno retorno, una de las
teorías del Zaratustra).
Pero, además, debo
comentaros que tiene el mérito digno de consideración la capacidad
con la que fueron capaces de armonizar las letras con lo
instrumental. Nadie imagina al Superhombre como un ser endeble, ni
tampoco dulzarrón. Por ello, a lo largo del disco nos vamos a topar
con una composición instrumental cargada de poder e intensidad y una
voz cantante, la de Stefano Galifi, llena de fuerza, cuyo conjunto
transmite a la perfección la voluntad de poder del que está
revestido en la teoría de Nietzsche el Superhombre.
A título de curiosidad,
cabe reseñar que el álbum, a pesar de su espectacular calidad,
originalidad, y haberse convertido en un LP de culto para los amantes
del progresivo, se metió un buen guarrazo comercial. Debido a que
las ideas de Nietzsche habían sido tergiversadas por un señor con
bigotillo (otro que no era Chaplin) y que en la portada del elepé,
en el collage que hace la cara, aparece Mussolini, no encontraron en
la Radiotelevisione Italiana, que desconfió, la publicidad de la que
eran realmente merecedores.
En definitiva, es un
disco ideal y necesario para todo aquel que tenga debilidad por el
progresivo y además le produzcan especial interés los álbumes
conceptuales.
Autor reseña: Alejandro Molina.
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